jueves, 16 de octubre de 2008

Y la historia continua...

6 de octubre e 2008


Luego de vivir momentos inolvidables con el poemario ENSAYO FOTOGRAFICO DE UNA HISTORIA POR TERMINAR y con él, dejar atrás unos de los tiempos más maravillosos de mi vida (el paso por la Fundación Creativa taller) me dedique a visitar bibliotecas, fiestas, amigos, lugares y libros. En este movimiento de espacios y sonidos me crucé con el señor Vicente Huidobro quien me acompaño durante un par de meses por lugares de la candelaria: el Andante Ma non Troppo, Café para Dos, La Ventana y mi todavía fiel, Café Arte el Duende. Entre té, café negro y el hermosos frío Bogotano que hacia por esos días (como ahora) se esbozaron los textos de lo que es EL ABRAZO DE LOS DIAS GRISES, un poemario que con apoyo de la Fundación Creativa Taller, la Alcaldía Mayor de Bogotá y la red Látigo (red latinoamericana de creación literaria) hizo parte en el 2003 de la colección AQUÍ ESTAMOS DECENA.



EL ABRAZO DE LOS DIAS GRISES habla de soledades y nostalgias, del silencio de lo añorado, de los placeres pasajeros, de los amores de infancia, de lo que se pierde en la memoria, de ese sentimiento de abandono y derrota que a veces nos embarga, retrazándonos el viaje.



Para aquellos que alguna vez han sentido que la soledad no acaba, que la nostalgia se encuentra en la lluvia que cae al pavimento, en las calles vacías, en la cama vacía, que tomarse un café sintiendo la ausencia del amigo o el amor que no llega, es un momento que se prolonga y pesa y hasta alcanza a lastimar. Para ellos, estos textos y la idea de que siempre hay una oportunidad para ver amanecer, para volver a comenzar, dejando en el pasado los padecimientos de la tristeza, dándole paso a lo importante… la vida…. Porque como bien lo dijo Chaplin “esta es mucho para ser insignificante”.

Buena Vibra para estos días.

Diana Carolina Daza Astudillo





II

La vejez se asoma a la ventana
Inquietud
Invierno
Hambre...
El tiempo acaba.

Estrangulado por la suerte
Busco fortuna en los sueños
Pero no encuentro
Más que miedo y silencio.
Plumas de frío.
Olvido
Bajo la almohada.




III

Los gritos de los hijos ajenos.
La algarabía de los lugares grandes.
El café negro.
Y su ausencia
ME TRAGAN.

Vivo entre la compasión de la inconformidad
La paciencia de la incertidumbre.
Y la torpeza de la nostalgia.

El triunfo duerme en mis piernas.

¡Aún me quedan noches para morir
Y nadie me espera en casa!



IV

Cada cuerpo es un misterio
Un reto para abrazar.

Un rojo carnoso
se abre y se cierra
Haciendo una invitación.

La sed de poseer lo distante
Es grande y el vino acaba.

La sangre caliente
Cubre el teatro
QUIEBRAGANAS

Una gota de placer
Cae
Y se seca
En la noche.




VIII

El precipicio espera tus huesos
No pienses tanto el salto
Al final del pozo hallaras la verdad.

No temas.
El miedo es un niño torpe e incomprendido
Que jala y jala la falda.

No temas y salta
En el riesgo se esconde el beso
Y no hay golpe que duela más
Que sentirse vivo y equivocado.





X

También somos
Lo que abandonamos.
Amores perros.

Hombres piel de lagartija marchan en la memoria.
Músicos de manos claras que armonizan el silencio de ayer.
Fantasmas
Impenetrables
De pasos largos.

Nos recuerdan el fracaso y la alegría en una pesadilla de niñez.

Cómo pesa el no haberlos amado
Antes que el año terminara.

Quizá pesa más
Este miedo a quedarnos solo
Persiguiendo al olvido.



IV

Cada cuerpo es un misterio
Un reto para abrazar.

Un rojo carnoso
se abre y se cierra
Haciendo una invitación.

La sed de poseer lo distante
Es grande y el vino acaba.

La sangre caliente
Cubre el teatro
QUIEBRAGANAS

Una gota de placer
Cae
Y se seca
En la noche.

1 comentario:

taita pendejadas dijo...

Hola Dazita... pues nada... pasando a leerte un rato. Oye, chuta, hay que seguir coleccionando tus publicaciones. Ojalá algún rato nos encontremos por allí. Cuando vuelvas a la siempre lluviosa Quito (y yo también), o si algún rato les caigo por la siempre lluviosa Bogotá.