martes, 16 de diciembre de 2014

Diabolus in musica suelto en la ciudad




Portada: Diabolus in musica 
Editorial Babilonia




“Nacer en el país que nacimos – cualquiera que sea -, nos da un punto desde donde comenzar a mirar; pero es sólo eso. No significa que debamos congeniar con todo lo que allí suceda. Y ya que el rock  tiene la universalidad para ser música de cualquier urbe, podemos gustar de él  sin que represente una traición a nuestras costumbres patrias. Nada, ni el lugar donde se nace, ni siquiera nosotros mismos, decide qué nos gusta y qué nos molesta”.


Así pues, como lo declara  el escritor bogotano Alejandro Cortés en el prólogo de Diabolus in musica, libro Premio Nacional de Poesía Ciro Mendía 2014 del poeta Henry Alexander Goméz, materializado por la editorial Babilonia, en la inauguración de su colección de poesía y  lanzado a la lluvia y al peligro de las calles y sus lectores la semana pasada;  nos atrevemos a decir que el rock, como una sombra que abraza, sacude o repele  ha llegado en determinado momento de nuestras vidas, de manera superficial o profunda ( cada uno tendrá su historia y su  intensidad frente a él) su gusto o disgusto por él. “El rock es el folclor de la ciudad. Es la música que palpitó con nosotros cuando tuvimos conciencia  para abrir los ojos”, agrega Alejandro.


Yo conocí  la figura de la gran ciudad cuando tenía 15 años. En la maleta traía un  disco de acetato de boleros, otro de música colombiana  y  un montón de cassettes con algunos temas que conocí, gracias a la única emisora que podía sintonizar en el pueblo – nada que rescatar, debo confesarlo -  El rock o mejor, el Rock and Roll, llegó a mi vida cuando comencé a descubrir un nuevo mundo en esta ciudad  hace  diecinueve años. Hoy, con Diabolus in musica en las manos - en mi cabeza -  reconozco algunos nombres y con ellos, vienen a mi mente algunas melodías y por supuesto, tras ellas, como sombras, una serie de recuerdos - la mayoría muy gratos – y este poder darle gracias a la vida por darme la oportunidad de descubrir que  el Rock and Roll  existía y que algo de él, latía en mi.  

Cito algunos poemas de este libro – como abrebocas -  compartiendo también un par de temas de algunos de los músicos que aparecen allí y que reconocí en mi historia. Los más cercanos. No me queda más que invitarlos a  leer este poemario que de seguro despertará odios y amores entre sus lectores, pero sobretodo, nos acercará un poco a lo que fuimos, a lo que somos, a lo que seguimos siendo. Nos hará  recordar algunos tracks de la banda sonora de nuestra vida.  

Diabolus in musica  como un espejo, nos presenta en sus páginas un reflejo en el que podemos reconocemos un poco o por el que pasamos de largo porque nos sentimos  como completos extraños.


Diana Carolina Daza Astudillo









Jimi Hendrix

Es en la huella dactilar de mi música donde se aloja la
flamígera rueda  del cielo, arden allí los días en azufres de
viento, se hace llama doble la sed de mis pasos.

Lejos del mundo la soledad no nos habita.












Janis Joplin

Inútil  es viajar entre el olor de la ceniza, sepultar amapolas
en las mandíbulas del ángel ciego.

Canción de la infancia: fumar el opio de la piel y beber la
última gota de un blues de la botella más oscura de un bar de
Louisiana. El pulmón amordazado mientras el gramófono
suena a Bessie Smith o a Billie Holiday.

Un huella descalza la delata, la delata su sombra trasparente.

Hurga una grieta en la penumbra. Descúbrete impedida
para contar la multiplicidad de nubes que rodean tus dedos.

Es bello vigilar desnuda al sol cuando anochece: la orgía
de su voz baja cóncava al interior de la tierra.










Billie Holiday

Bebe únicamente de la sombra del ángel , embriágate con
la savia negra de árboles muertos.

Un cardumen de pájaros de agua abraza el canto de tus
alas, los vientos del sur incendian todo tu escritura. Escucha:
el latido del sol es de hierro.

El pregón de la ceniza sobre los párpados de la noche me
dirá donde encontrarme.











John Bonham

En el grito del árbol encontrarás la semilla. Mi escritura
viaja al galope del viento entre los cascos del caballo. Esta
tierra se adelgaza ante el trueno del agua en el pecho de un
pájaro.

He dejado al granizo sin aliento.











Jim Morrison

Desde lo alto de la duna dejo caer una escudilla que rasga
un aire extraño que acecha mi presencia. Ancianos ángeles
amasan mi saliva con arena. ¿Quién acompañará mis huellas
para descifrar el verdadero rostro de la luz?
Romper el cristal. No hay noche más fría. El nombre del
desierto me persigue. Las puertas se derrumban.

Con el hueso roto del coyote buscaré mis años perdidos
junto a un demonio que trama el antiguo imperio del cielo.










John Lenon

Es el fuego, el abismo, y entre los pliegues del viento hemos
Ocultado la más sencilla y compleja de las palabras.

Quizá el golpe de una flauta que se disuelve en la noche
Hará posible la antigua visión:
Una cuerda para tomarle la medida al silencio. Un teclado
De lluvias para explorar la geometría distante de la arena.

Debemos orar juntos para alcanzar la locura.