lunes, 29 de diciembre de 2014

EL NACIMIENTO EN FRANCÉS







Portada: El nacimiento de la Gargoleana 
Estampillas poéticas No. 1 / 2013. 



Nuestra amiga y escritora Joanne Rochette ha traducido algunos fragmentos del  Nacimiento de la Gargoalena desde Monterreal. Nos hace muy feliz su lectura.  







Traduction de quelques poèmes de

El Nacimiento de la Gargoleana

de Diana Carolina Daza Astudillo





p. 18

Regardez-la
elle traverse la pénombre des visages
l’infini désert des cheveux blancs
gifles d’une idéologie détraquée
sourires mis en pièces
accélération
tiédeur attristée
et dans le mirage elle a appris à conduire sans frein
dans des avenues de lignes suspendues
trouvant des pièces de rechange dans chaque parcours





Mírenla 
Atravesó la penumbra de los rostros
El infinito desierto de los cabellos blancos 
Bofetadas de una ideología desbaratada 
Risas destrozadas Aceleración 
Tibieza entristecida 
Y en el espejismo aprendió a conducir sin frenos 
por avenidas de líneas colgantes 
Encontrando repuestas en cada recorrido. 



 ***



p. 31

Les nuages au-dessus des visages font l’amour
ils frôlent la pointe des poitrines
sans se toucher la bouche
sans se regarder sous le nombril
ils se touchent les coudes avec la langue
la pointe des doigts
un nuage touche à l’autre de sa respiration
pendant que celui-ci le pénètre en silence
de rencontres furtives sont remplis les instants.



Las nubes encima de los rostros hacen el amor 
Se rozan la punta de los pechos 
Sin tocarse las bocas 
Sin mirarse bajo el ombligo 
Se tocan los codos con la lengua 
La punta de los dedos 
Una nube toca a la otra con la respiración 
Mientras esta la penetra en silencio 
De encuentros furtivos están llenos los instantes. 





***


p. 47

Écoutez-la
écoutez-moi
j’ai été jugée pour avoir cru au bonheur
en une époque d’enlèvement et de faim
et voyant les yeux de mes bourreaux
dans l’attente du feu de leurs moqueries
dans une cité où on meurt pour rien

Pourquoi avoir honte ou craindre de mourir
parce qu’on défend le bonheur ?



Escúchenla 
Escúchenme 
He sido juzgada por creer en la felicidad 
En época de secuestro y hambre 
Y viendo a los ojos de mis verdugos 
Aguardo por el fuego de sus burlas 
En una ciudad donde se muere por nada 
¿Por qué avergonzarse o temer a morir por defender la felicidad? 




***


p. 49

Regardez-moi
la hauteur me plaît
car depuis ce point
je reconnais les édifices préfabriqués
la lucidité des équivoques
et jusqu’aux petits suicides de l’âge
écoutez-la
écoutez-moi
parfois je me fatigue de tant d’humanité
et pour cela je ne retiens pas la vélocité de mes émotions




Mírenme 
Me gusta la altura 
Porque desde ese punto 
Reconozco las edificaciones prefabricadas 
La lucidez de las equivocaciones 
Y hasta esos pequeños suicidios de la edad 
Escúchenla 
Escúchenme 
A veces me canso de tanta humanidad 
Y no por eso detengo la velocidad de mis emociones.  






Nota / 26 de diciembre de 2014. 

"Prometí  leer sus libros amigos  y quería comenzar con el tuyo querida Diana. Desde dos semanas vivo contigo, leyendo El nacimiento de la Gargoleana, un poco cada día. Estoy muy lenta, busco muchos palabras en el diccionario, leyendo otra y otra vez tus versos para impregnarme de ellos. Después, el sentido surge, me toca, me golpea, me emociona". 

Joanne Rochette





martes, 16 de diciembre de 2014

Diabolus in musica suelto en la ciudad




Portada: Diabolus in musica 
Editorial Babilonia




“Nacer en el país que nacimos – cualquiera que sea -, nos da un punto desde donde comenzar a mirar; pero es sólo eso. No significa que debamos congeniar con todo lo que allí suceda. Y ya que el rock  tiene la universalidad para ser música de cualquier urbe, podemos gustar de él  sin que represente una traición a nuestras costumbres patrias. Nada, ni el lugar donde se nace, ni siquiera nosotros mismos, decide qué nos gusta y qué nos molesta”.


Así pues, como lo declara  el escritor bogotano Alejandro Cortés en el prólogo de Diabolus in musica, libro Premio Nacional de Poesía Ciro Mendía 2014 del poeta Henry Alexander Goméz, materializado por la editorial Babilonia, en la inauguración de su colección de poesía y  lanzado a la lluvia y al peligro de las calles y sus lectores la semana pasada;  nos atrevemos a decir que el rock, como una sombra que abraza, sacude o repele  ha llegado en determinado momento de nuestras vidas, de manera superficial o profunda ( cada uno tendrá su historia y su  intensidad frente a él) su gusto o disgusto por él. “El rock es el folclor de la ciudad. Es la música que palpitó con nosotros cuando tuvimos conciencia  para abrir los ojos”, agrega Alejandro.


Yo conocí  la figura de la gran ciudad cuando tenía 15 años. En la maleta traía un  disco de acetato de boleros, otro de música colombiana  y  un montón de cassettes con algunos temas que conocí, gracias a la única emisora que podía sintonizar en el pueblo – nada que rescatar, debo confesarlo -  El rock o mejor, el Rock and Roll, llegó a mi vida cuando comencé a descubrir un nuevo mundo en esta ciudad  hace  diecinueve años. Hoy, con Diabolus in musica en las manos - en mi cabeza -  reconozco algunos nombres y con ellos, vienen a mi mente algunas melodías y por supuesto, tras ellas, como sombras, una serie de recuerdos - la mayoría muy gratos – y este poder darle gracias a la vida por darme la oportunidad de descubrir que  el Rock and Roll  existía y que algo de él, latía en mi.  

Cito algunos poemas de este libro – como abrebocas -  compartiendo también un par de temas de algunos de los músicos que aparecen allí y que reconocí en mi historia. Los más cercanos. No me queda más que invitarlos a  leer este poemario que de seguro despertará odios y amores entre sus lectores, pero sobretodo, nos acercará un poco a lo que fuimos, a lo que somos, a lo que seguimos siendo. Nos hará  recordar algunos tracks de la banda sonora de nuestra vida.  

Diabolus in musica  como un espejo, nos presenta en sus páginas un reflejo en el que podemos reconocemos un poco o por el que pasamos de largo porque nos sentimos  como completos extraños.


Diana Carolina Daza Astudillo









Jimi Hendrix

Es en la huella dactilar de mi música donde se aloja la
flamígera rueda  del cielo, arden allí los días en azufres de
viento, se hace llama doble la sed de mis pasos.

Lejos del mundo la soledad no nos habita.












Janis Joplin

Inútil  es viajar entre el olor de la ceniza, sepultar amapolas
en las mandíbulas del ángel ciego.

Canción de la infancia: fumar el opio de la piel y beber la
última gota de un blues de la botella más oscura de un bar de
Louisiana. El pulmón amordazado mientras el gramófono
suena a Bessie Smith o a Billie Holiday.

Un huella descalza la delata, la delata su sombra trasparente.

Hurga una grieta en la penumbra. Descúbrete impedida
para contar la multiplicidad de nubes que rodean tus dedos.

Es bello vigilar desnuda al sol cuando anochece: la orgía
de su voz baja cóncava al interior de la tierra.










Billie Holiday

Bebe únicamente de la sombra del ángel , embriágate con
la savia negra de árboles muertos.

Un cardumen de pájaros de agua abraza el canto de tus
alas, los vientos del sur incendian todo tu escritura. Escucha:
el latido del sol es de hierro.

El pregón de la ceniza sobre los párpados de la noche me
dirá donde encontrarme.











John Bonham

En el grito del árbol encontrarás la semilla. Mi escritura
viaja al galope del viento entre los cascos del caballo. Esta
tierra se adelgaza ante el trueno del agua en el pecho de un
pájaro.

He dejado al granizo sin aliento.











Jim Morrison

Desde lo alto de la duna dejo caer una escudilla que rasga
un aire extraño que acecha mi presencia. Ancianos ángeles
amasan mi saliva con arena. ¿Quién acompañará mis huellas
para descifrar el verdadero rostro de la luz?
Romper el cristal. No hay noche más fría. El nombre del
desierto me persigue. Las puertas se derrumban.

Con el hueso roto del coyote buscaré mis años perdidos
junto a un demonio que trama el antiguo imperio del cielo.










John Lenon

Es el fuego, el abismo, y entre los pliegues del viento hemos
Ocultado la más sencilla y compleja de las palabras.

Quizá el golpe de una flauta que se disuelve en la noche
Hará posible la antigua visión:
Una cuerda para tomarle la medida al silencio. Un teclado
De lluvias para explorar la geometría distante de la arena.

Debemos orar juntos para alcanzar la locura.





jueves, 3 de julio de 2014

OBSERVACIONES DESDE UNA VENTANA.


Una ventana siempre es y será un objeto del deseo. Una invitación a la contemplación, al voyerismo, un sinónimo de intimidad. Dentro o fuera de ellas cada uno de nosotros ha vivido alguna historia. Una ventana es testigo, refugio y confesor.  





La Tasca, Duitama Boyacá, 2014.



Hoy me encuentro con la novela OBSERVACIONES DESDE UNA VENTANA del escritor boyacense Darío Rodríguez  y  recuerdo mi fascinación por ellas. Vienen a mi memoria las ventanas que han hecho parte de mi historia: las de la casa de los abuelos en el campo - donde crecí - la ventana de la cocina de Sonia, las ventanas de los hospitales que he visitado, las ventanas de los autobuses, las ventanas de los cafés que he frecuentado, las ventanas de los hoteles en los viajes, las de los moteles, las de las casas de los amigos, las ventanas que por accidente he encontrado en las fiestas. 

Lo que tengo para decir de esta novela son conceptos muy personales (cada uno emprende un viaje distinto al leer un libro) Mejor los invito a buscarla,  a conocerla, a leerla, a descubrir la fina, profunda, surrealista y filosófica  visión que el autor nos propone, como explora el mundo de las ventanas, como nos seduce a través de 85 páginas, 85 páginas que parecen 85  pinturas. Dejo a su disposición algunos fragmentos a manera de abre bocas.

Conozcamos al autor, conozcamos su obra y aprovechemos esta oportunidad para hacer un homenaje a las ventanas que han hecho parte de la historia de nuestras vidas. 

¿Cuál es la primera ventana que aparece en el inventario de tus recuerdos? 






Fotografía: Diana Carolina Daza. 
Habitación 621. Hospital San Carlos 2007 . 






FRAGMENTOS OBSERVACIONES DESDE UNA VENTANA: 





                                                    Hoja Cuatro



Si otra persona está junto a usted, desengáñese cuanto antes. Este es un
ejercicio solitario que nadie consigue acompañar, no obstante las buenas
intenciones.

Si después de todo no hay ventanas, pierda cuidado. Siempre habrá ventanas,
aunque usted no las perciba. Si en apariencia no se observan, lo adecuado es
respirar hondo de nuevo y propugnar, algo acorde con su aptitud, por volver a
abrir los ojos.







                                                     Hoja Seis



Lo que usted espera saldrá de alguna parte. ¿Provendrá de la puerta, a su
espalda, nadie sabe si cerrada o abierta? ¿De cualquier puerta, adelante, vista
sin atención, quizás ese derruido portal castigado por las radiaciones solares
mientras se encorvan sus maderas?

Si no atiende a estos detalles confronte, al menos, observaciones primarias.
¿Por qué razón esta es una ventana como las demás?
¿Por qué su marco es así?

Compare a la ventana con otras que haya observado a lo largo de su historia.
¿Ésta de hoy es tan corriente como aquéllas?

El marco, ¿no es muy diferente, en desgaste o luminosidad, de todos los que
acompañaban a las ventanas del pasado?

No se dé prisas en responder.
Compruebe cómo el tiempo que usted calculaba no es ni la sombra del que en
verdad debe pasar aquí.








                                               
                                                 Hoja Nueve



Mantener distancias prudentes con respecto a las ventanas propicia una
dilatación en la espera, aun si se ignora el hecho de esperar.
La distracción, el cándido cambio de actividad, produce leves síntomas de
inquietud manifestados en disposición hacia las obligaciones urgentes, tejido de
un plan esperanzado, desdén, breves sonrisas.

Dada una ventana, ¿es ella quien observa o es usted?
Usted supone observarla. ¿Qué mira, el marco, el vidrio o la pared?
Ella observa. ¿Cuánto requiere para provocar acercamientos de usted?
¿Necesita tiempo?








                                                     Hoja Doce



¿De dónde procede el olor que experimenta en este preciso momento? Inhale
con más cautela. ¿No es, acaso, una amalgama de olores diversos?
Lo que observe será siempre interrumpido por las pesquisas de su nariz, aunque
después olvide o desprecie aquello que sintió.

Puesto que guarda ya en sus cavidades oculares las primeras muestras de
observación, perciba el desahucio entre olores y visiones. Si estas resultan
agradables a su juicio, es solo por el desaliño de aquéllos. Si aquéllos invitan al
gesto afable – y usted desea, por ejemplo, guarecerse dentro de sus ecos – se
debe a cierta sutil repugnancia provocada por lo observado.






                                                           
                                                             Hoja Catorce



Silbidos de los insectos.

Usted no sabe sus nombres. Deduce gracias a esos timbres si las casillas
rodantes de su cabeza se deslizan con pereza, o más bien se afirman tercas en
la quietud bajo la excusa, seguir esperando. Aun si no los ve, ellos acompañan
rutinas en la retaguardia del cráneo.

Ciertos insectos visibles y el óxido de las demoras: relación manifiesta. Se
mantienen aferrados con desesperación o disciplina a los agujeros de las
paredes – escarbados, preparados por ellos mismos-. Robustos, su paso es
sigiloso. Allá conducen a sus presas, cuya cacería dura meses enteros.
Cansancio. Común denominador entre estos insectos de muros y plantas.
Incluso actividades que exigen perspicacia, precipitación, defensa ante otros
insectos atacantes, invasores, lucha empecinada con embates de la brisa,
considerables alturas, son llevadas a cabo mediante este cansancio. 









                                                          Hoja Dieciséis



Usted protagoniza una biografía ficticia.
Adjudique a la lluvia características del viento, hasta no determinar con claridad
cuál es la una ni qué el otro.
Pasos de personas, pisadas de animales. Por momentos, también, el cargante
crujir de un desconocido reloj.
Oiga al corrillo, siervos o alcatraces indefensos, a larga distancia. Sus
murmuraciones.
O la agitación de las alas en muchísimos insectos; la caravana sin retorno
emprendida por miles de aves.
Plañir de unas bocas que mastican despacio sus modestas raciones. Crepitar de
añejas maderas en una hoguera.
La lluvia.







                                                      
                                                    Hoja Veintidós



Rememore la parábola según la cual es de vida o muerte separar cuanto se
presenta al criterio humano en dos partes iguales.

Los eventos de la existencia se dividen en diurnos y nocturnos. Los diurnos, en
veloces y lentos. Estos son obligatorios y voluntarios. Los voluntarios, a su vez,
se rearman en aprovechables y pobres en ventaja.
En proporción inversa aquellos eventos(o eventualidades) nocturnos son menos
propensos a la clasificación por su constante utilización de vendas, velos,
disfraces que los convierten en indefinibles. No obstante, un patrón de medida
sirve a la hora de considerarlos cuando menos con superficialidad. Se dividen
en blancos y negros. Los blancos en eventos tendientes a estancarse dentro del
color blanco y en otros, más escasos, inclinados ante la tendencia al
anquilosamiento en el negro.

Una disposición por el estilo es aconsejable para cualquier temática baladí a la
que se desee dar preeminencia superior. El bien y el mal. Los hombres y las
mujeres. Los jóvenes y los adultos. El uno y el dos. Dicho sea de paso esta
preeminencia atribuida a semejantes generalidades es ficción pura en la
totalidad de los casos.






Fotografía: Diana Carolina Daza 
Restaurante- piqueteadero Monserrate 2007 




                                                               
                                                                 Hoja Veintiocho



Aquí sólo existen el día y la noche.
Cuando no llueva y sea de noche, contemple el color azul en las casas, en los
rincones poco iluminados. Eleve la mirada con discreción. Las montañas
también serán azules. Cuando no llueva, de mañana, coteje lo que se encuentre
por encima de usted. El cielo debe estar blanco. Piérdase en sus pensamientos
por unos cuantos segundos. Recuerde algún hecho anodino de su infancia. No
una pilatuna, más bien una invitación, hasta el día de hoy inexplicable, que cierto
pariente lejano les hizo a usted y a su madre. O cualquier otra necedad sin
influencia clara dentro de su historia. Reflexione en el tiempo perdido hasta este
momento. Abundante o no, agregue pizcas de remordimiento al conteo de
minutos. ¿Qué podría estar haciendo de no haber venido a esperar? ¿Tareas
más útiles para usted, quizás? Después de estas especulaciones el cielo debe
haberse tinturado de un azul claro.

Si espera en plena aurora, sienta el peso de sus rodillas al cruzar esa pausa
veloz al mismo tiempo diurna y nocturna. Detecte los brochazos que el sol
comienza a desperdigar aquí y allá sobre muros, balcones y senderos.
Si aún no llueve y cuenta con la suerte de asistir a los espectáculos del
atardecer, lo que no posee alma tiene que llamar su atención. Cuesta notarlo
pero cuando logre hacerlo mire cómo lo que no posee alma abraza a los objetos,
los colores de futas o de flores brillantes. Todo le parecerá estar naciendo o
brotando. Y sin embargo, para usted debe ser muy claro que el día acaba.
Cualquier persona u objeto se ve frágil o endeble, de lejos, cuando llueve.
Respire. Intente respirar. Sospeche lo siguiente: todo se ha convertido en series
de cristales, diversas texturas y conformaciones. Tras afincar la sospecha, pase a
su comprobación.









(1977) Duitama – Boyacá.

Escritor, promotor de lectura y editor.  Ha publicado las novelas ‘Cuaderno invisible’ (Culturama – 2011) y ‘Observaciones desde una ventana’ (Garcín Ediciones -2013), además del libro de piezas escénicas ‘Aproximación a nada’ (Culturama -2013). Colaborador permanente de la revista bogotana Cartel Urbano www.cartelurbano.com y bloguero literario de En Órbita www.enorbita.tv .  Es uno de los directores del sello editorial Garcín ediciones.


Reseña y datos del autor y su editorial: 


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https://www.facebook.com/dario.rodriguez.5249?ref=ts&fref=ts