martes, 1 de enero de 2013

OVULUM DE FUEGO / ANTOLOGÍA DE POESÍA FEMENINA











Cuatro  mujeres, cuatro nuevas   voces, cuatro estados alterados por  la poesía reunidas en las páginas de nuestras libretas libro en: OVULUM DE FUEGO /  Antología de poesía femenina.  

Aquí,  una breve muestra de su poesía, de sus viajes. Un abre bocas del trabajo y  talento de estas cuatro artistas colombianas  para que queden tentados a buscar más sobre ellas en las libretas libro y en todas las esquinas del mundo. 



***





Jenny Bernal. Bogotá, 1987. Gestora cultural y cofundadora del Festival de nueva narrativa y poesía "Ojo en la Tinta". Actualmente colabora para la revista Contestarte de la Universidad Nacional de Colombia. En el año 2011 público en Raíces del viento: cinco poetas jóvenes colombianos de la editorial Cuadernos Negros. Miembro del colectivo literario La Raíz Invertida.




TIC TAC

Le pregunto al tiempo
si puede detenerse
mientras finjo que vivo
para que su tic tac
no acelere mi caída.






QUIEN CONDENÓ AL OLVIDO

I

Se dice de quien condenó al olvido
que posiblemente era mujer.
se dice, de aquel olvido
que era la sombra de un hombre.

Se dice
que él derritió sus alas
en un amanecer
y arrojó a la memoria
al pozo donde caían sus lágrimas.

Se dice, que la noche labró una muralla
de letras,
Obligando al olvido a una eternidad
de atrapar grafías que se desvanecieran en sus dedos.



II


Se dice
que una mujer condenó al olvido
a ser un buen libro
 jamás leído.






LA OTRA RESURECCIÓN

Surge su voz
de un lugar desierto
retumbando
en un espacio sin memoria,
escupiendo míseros soplos 
a unos ojos
que han decidido cerrarse.






***





Tania Ganitsky.  Bogotá (1986). Profesional en Estudios Literarios de la Universidad Javeriana y Magister en Filosofía de la Universidad de los Andes. Ha trabajado como librera, bibliotecaria, traductora y tutora. Ha participado en algunos encuentros de poesía en la ciudad de Bogotá. Trabaja y tiene una beca en la Universidad de los Andes, donde actualmente hace la Maestría de Literatura.





Haiku
El caos baila,
el animal respira;
no se detienen.




También yo
tengo que ser salvada.
y sé que el fuego
sólo perdona la destrucción.
Cada una de mis oraciones
guarda el deseo salvaje
de la nada.
Cada una de mis oraciones
me fisura.






Asistimos a la majestuosidad del fracaso,
adoptamos la postura del asesino.
Nos lavamos las manos una y otra vez;
camino al paredón
balbuceamos algún verso lejano






El silencio de las cosas
reales,
la magnitud de su secreto,
exige que destrocemos
las palabras,
que aceptemos la
verdadera ausencia de
respuesta
y arrojemos la expectativa
al fuego.
Ése es el único ardor que
me deslumbra.









***






Yenny León. Medellín, 1987. Filóloga Hispanista de la Universidad de Antioquia. Obtuvo el I Premio de Poesía Joven Ciudad de Medellín (convocado por la revista Prometeo y el Festival Internacional de Poesía de Medellín) con su poemario “Tríptico” y el I Premio Nacional de Poesía Joven Andrés Barbosa Vivas con su poema “Mujer de agua”. Varios de sus escritos han sido publicados en revistas tales como Prometeo, Contestarte y La Otra, así como en la antología poética “El crepúsculo de la palabra”.







LA COLA DEL ESCORPIÓN




Mis pies son el marco del árbol,
Gotea infinita la aurora

Sobrevuelo el camino del agua
en una ola vacía.

Siento celos de las piedras,
envidio su inmortalidad.

La cola del escorpión atraviesa la comisura
de mis labios.

Soy mi más amado huésped,
La más tierna quietud.

Mi tronco burbujea sobre el cubo,
abro el pergamino ciego,
leo la noche sobre mi espalda.







PLAYÓN DE SAL




Tengo un cansancio
de hueso
acumulado.

Ya no se me desangran los ojos
en un llanto bajo y salino;
con palabras como picos
me han horadado las órbitas.

Busco derrotar
el origen de mis manos,
partir desde la primera herida de mi cuerpo
y entrar en la lluvia
para abrirme
como ruega el día.







NO ME CULPES




No soy persona recta
ni curva.
Como el tiempo enmarañado
soy nudo de mundos.

No me pidas rigidez
pues surto en telaraña
vinos mezclados
que sangran tu pecho.


No me enseñes el declive
de tu espalda
para rasgarla en soledad.
Puedo hacer sonar tu alma
cual laúd,
alzarte de brazos
desde el naranjo,
ser tu animalesco salvador,
tu laurel verdugo.






No me culpes
por perderme en la orilla
ni por intentar
surcar la noche
sin alas.



 ***





Bibiana Bernal. Calarcá, Quindío, Colombia. 1985. Poeta, editora y minicuentista. Directora de la Fundación Pundarika, Cuadernos Negros Editorial, la Revista Minificciones y el Centro de Investigación y Difusión del Minicuento, Lauro Zavala, especializados en minificción. Ganadora del Concurso de Poesía Comfenalco, en la categoría juvenil (2003). Socia fundadora y miembro de la Junta Directiva de la Red de Editoriales Independientes Colombianas (REIC). Ha publicado las antologías Mujeres minicuentistas, 8 Cuentistas Quindianos, 5 Ensayistas Quindianos, Minificción Quindiana, Ellas cuentan menos y el libro de poesía, Silencios de Hadaverde.






Despertar en el sueño
de una manzana
sin morder su carne dulce.
Escuchar
el canto de los gusanos.





No esperes
que la muerte te olvide.
Vendrá por ti
cuando no te queden hojas
y seas espacio para habitar.












Cadáveres como espejos
amplían espacios.
Fragmentos de vidrio
llamando la atención
de los vivos.
Cuánta soledad
en ojos caminantes
que miran sin mirarme.








Encuentro caminos
por recorrer en mis dedos.
Todo despejado.
Sin embargo mis uñas
no alcanzan a cruzar el puente.



Cuánta basura habita
en besos de los amantes.
Sus cuerpos,
sombras marchitas.
Flores cerrando puertas de otros días.














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