domingo, 18 de septiembre de 2011

SAN ALEJO

Textos rescatados de algunos manuscritos olvidados en el cuarto de San Alejo, escritos en el año de 2003 y que pertenecen al trabajo: LAS NIÑAS DE MIS OJOS. Eran otros tiempos, otras miradas.



A todas aquellas que he y no he conocido
De las que he hablado y de las que he escuchado hablar
A las que he olvidado y me han olvidado
A las que amo
A las que están por odiarme
A las que he visto crecer
Y en especial, a la que escribe, crece y habita en mis ojos.




MUJER SONRIENDO AL PASADO


A Aida Villota, con quien compartimos el techo,
Las pérdidas
Y su único sancocho de pescado.



El canto de Margot se levanta entre los muertos
Sus oraciones ya no se mecen en las tumbas del miedo
No tiene coco pa´ raspar
N carga pólvora de fusil en las pestañas.

Margot ya no llora
Ya no le huye a las balas.

El paisaje y los hermanos
Quedaron atados a la bendición de la madre
En la plaza del pueblo.

Margot ya no llora
Ya no le huye a las balas.

Ahora envejece contemplando la nieve de Quebec
Tomando café
Mercando en francés
Y viendo crecer el color de la libertad
En las pupilas de sus hijos.




RETRATO DE FRIDA HECHO A PULSO


A Sonia Ramón Velázquez
La niña de manos mágicas
Que comparte la suerte del 23 y la lluvia de abril.


Una

Dos puntadas de flores
Forman el rostro de la destrozada Frida
Contemplando el sueño del niño que no alcanzó la luz.

Tres

Cuatro puntadas más con plumas de loro
Escriben con hilo y aguja la poesía de una historia a retazos

Cinco

Seis

Siete

La mujer deja caer sobre la artista sus demonios
Mientras la artista renace en manos de la mujer
Un vestido anuncia el nacimiento de la obra
El encuentro de las muñecas sobre el diván
Un espejismo
Una muñeca
Un sueño
Un olor diferente para cada cuerpo remendado.
Otro será el pensamiento que acompañe el canto de la costurera.




MUJER ENEMIGA

Todas. Hasta la más casta de corazón o pensamiento ha atentado contra otra de su especie. Todas alguna vez, llevadas por el instinto, alimento de la naturaleza, hemos destilado veneno sobre lo que amamos. Yo lo he hecho y no por ello me siento mejor o peor, simplemente no me siento. Me desvanezco, algo sangra dentro de mí, se despide. Soy culpable y antes que me señalen o condenen prefiero hacerlo yo misma. Soy culpable y la carga ha comenzado a estorbarme. El reflejo guía a mi mano derecha poniendo el dedo índice sobre una de las cuencas de mis ojos, la hunde, las hunde. Me quedo sin colores, mientras las palabras se devuelven como espadas. Soy culpable y una cuota de perdón o indiferencia no me quietan el cosquilleo en la cabeza, la rapadura en el corazón. Sí, soy culpable, como tu y como tu también, que guardas pequeñas o grandes traiciones en el pensamiento, en el riesgo de un beso, en una propuesta malintencionada, en una mentira, carnada de la curiosidad que aunque a veces amarga, no puede evitar la sonrisa. Soy culpable y creo que a nadie le importan mis culpas más que a los tacones rotos de mi conciencia. Total cada una se encarga de reparar los suyos.



MUJER DOLOR DE TANGO

A Ju,
compañera de corazones remendados.


Con los ojos secos
Y la voz quebrada como Malena
Ella también canta un tango.

Cada respiro del bandoneón
Le arranca un pedazo al alma
Reviviendo al fantasma de mil nombres.

Acostumbrada a los secretos del olvido
Recorre los lugares donde perdió la esperanza
Esa de arder en la gloria atada a la piel de aquel espejismo
Que con mate en Bulín
Supo llevarla hasta el abismo
Para luego soltarla.

Con la voz quebrada como Malena
Ella despide un tango
Mientras aplaza de nuevo el amor
Para uno que traiga en los labios el fuego de una milonga
Y no la tristeza falsa de uno,
Que se cree tango.





MUJER GATO

Los besos de Carmen viajan entre los invitados
Y caen en la fiesta como ceniza de cigarrillo

Hambrienta se pasea por el tejado
Buscando casualidades

se encoge

se aleja

vuelve

regresa

se oculta tras los muros de la vanidad
a jugar con su cola.

Quién entiende a la gata
frágil mascota de mirada esquiva
que enreda con gracia los hilos del amo
cuando en realidad lo que busca es deslizar su cola
con la cola de un gato callejero
que acompañe la cacería de mañana.



MUJER SUICIDA

Una bala sobre el tocador
Dedo en el gatillo
Reflejo
Disparo.

La mujer de mil colores
Se enfrenta cada madrugada
A esa que también habita su conciencia
Y que trastornada
Confundida
Comienza a estorbarle.

Su muerte le da paso a la otra
que se asoma por sus ojos
Y terca
Curiosa
Le pide una oportunidad para salir al juego
Con la promesa de no mirar atrás.





MUJER PIEL DE OLEO

Los ojos puestos en el telón de la vida
Levanta el pincel

Apunta

Guiada por el llanto que escucha en su interior
Comienza a dibujar un rostro escupiendo sapos.

Sólo ella conoce el umbral de ese rostro
Y sabe porque escupe sapos y no flores.

Manchas verdes y rojas le roban libertad a las formas
                                                                           Mientras un par de cuchillos atraviesan los ojos del rostro.

La figura se despide de la memoria
Otra será la mujer y otra la angustia
Otro el latido que la ponga de nuevo frente a la ventana
De madera y tela
Testigo de sus constantes búsquedas.



MUJERES BAJO UNA NOCHE BOGOTANA

A Alejandra y Frida.


Voces lejanas de la ciudad de mis entrañas
Conducen los vientos de agosto
Que me arrancan las hojas
Los versos sobre la mesa
Los de ella
Los míos
Y en medio de las dos
La imperturbable mirada de la destrozada de cejas juntas.

Una palabra se queda goteando en el interior de mi nombre
Mientras las manchas de sangre en el cuerpo de la otra
Me recuerdan que la entrega duele.

Desnudas
Celebramos una conversación desde la memoria
Tres corazones de tierras y tiempos lejanos
Seis pechos
Unos amantes de la muerte
Otros protagonistas de las despedidas
Y los míos,
Congelándose
Tratando de darle vida a estas líneas
Para inmortalizar el encuentro.




LA MUJER ARMADURA

A Carolina Sepúlveda.
Enemiga del silencio.


Bajo su máscara duerme el canto de las mariposas que revoletean en su vientre. Mariposas con alas de cristal presas entre el miedo y la gentileza.

Frente al mundo se viste de roca, pero pocos sabemos que en el centro de esa roca habita una flor, un lirio que busca la luz.


Elevarse con el aroma de un corazón que le muestre la primavera y que de un soplo funda la armadura que le ahoga la sonrisa.

Viaja incompleta por las calles despertando pasiones. Motivo de sus lagrimas, porque lo que quiere no es admiración sino entrega.

Un encuentro que le de razones para dejar la armadura, la mascara.
Para no ser más la roca que rueda sangrando.



OTRO POEMA A DIACALIZA


Aquella madrugada le pedimos agua a dios
No nos la dio
Quizás porque ya la habíamos bebido toda.

Mientras ella imaginaba nuestra libertad compartida
Yo creía escuchar carruajes con caballos fantasmas
Atravesamos la música que se confundía con el golpe de la lluvia de Julio
Reímos
Nos cuidamos la espalda
Dejando nuestra gratitud en un abrazo
Junto al recuerdo de la casa de siempre
Un pedazo de esta Bogotá
Desolada y peligrosa
a las cinco de la mañana

Nuestras huellas de agua
El frio en los huesos
y la esperanza de compartir la victoria
Quedaron marcados como un encuentro que parecía el primero.


MUJER EN EL INFIERNO

Mi vagina, una aldea de agua, mojada, viva
La invadieron. La masacraron y la quemaron
Ahora no la toco
No la visito
Ahora vivo en otra parte
No sé donde.


Eva Ensler.


Con elegancia la bestia saqueo el santuario de Karen
Atadas quedaron las alas del ángel de la guarda
Que cuidaba el atar
Sólo silencio
Solo
Sólo tormenta fueron los días
Solo
Sólo padecimiento
Sólo llanto
Un puro infierno
Los sueños de Karen flotan marchitos
En su piel arde el beso de la desgracia
Y en sus recuerdos corretea sonriente
El rostro del que le robó las caricias a la inocencia.



Diana Carolina Daza Astudillo

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