De todo nuestro soleado mundo
sólo deseo una silla en el jardín
donde un gato toma el sol...
En ella me sentaría
con una carta en el regazo,
una sola carta, breve carta
Así es mi sueño....
Edith Sodergran.
ESPITOLARIO DESDE LA PECERA
Soy
un pez
Habitando
la pecera de la imaginación
Con
el tiempo aprendí a curar mis heridas
Con
la sal de la cotidianidad
No
conozco el mar
Las
corrientes más cercanas que combato
Son
los golpes de las palabras
Cuando
se agitan entre las páginas
Las
que leo
Las
que escribo
Y pinto
con mis colores.
Estas
cortas aletas
Han
sido suficientes para alcanzar
Eso
que llaman
felicidad
y lo
que no han podido abrazar
lo
han hecho mis grandes ojos
que
sin verlo todo
lo han
disfrutado todo
la
vida
estrecha
o
ancha
me ha
permitido sorprenderme
Sacudirme
Perder
y recuperar el aire.
Soy
un pez
Habitando
la pecera de la imaginación
Al que
hoy le ha dado por escribirle cartas
A los
peces que libres descansan en la eternidad
Ese
mar que tanto sueño visitar
No necesitar
más este pequeño cuerpo
Para
viajar
No
hacerme más preguntas
Dejar
que el recuerdo de quienes amé
Y me
amaron
Floten
sobre las horas que ya no visitaré.
Quizás
algún día
Algún
extraño
Crea
verme navegar por las páginas de un
libro
Y entonces
quiera dirigirme una carta.
Debora:
La
sinceridad de un encuentro
No surge cuando se busca,
si no
cuando le corresponde.
Podemos
pasar una y otra vez
por
la misma esquina,
sin
prestarle atención al ciego que pide monedas
y que
es dueño del secreto que nos cambiará la
vida.
Recorriste
los andenes de mis calles favoritas
Asistiendo el caos de mis pensamientos
Esas
guerras entre el si y el no
Entre
el debo y quiero
Entre
el sigue y el detente
Y yo
dispersa
en la
algarabía de otros rostros
nunca
te vi.
No
fueron una,
ni
dos, ni tres,
sino
mil veces,
las
que te atravesaste entre las páginas de los libros que viaje.
Pero siempre
muda
invisible,
ausente,
pasaste
frente a la sed de mi conocimiento.
Alguna
vez,
te
atreviste a llamarme entre la multitud
reclamandome
un abrazo,
pero las
bocinas de los autos no me permitieron escucharte.
Sin
embargo creí verte,
Soñé
verte …
Tampoco
ese fue el tiempo
No nos correspondía
aún ese abrazo.
Tuve
que caminar treinta años
para por fin encontrarte
deslizarme
por los mares de tus trazos
gruesos
y brillantes.
Entonces
reconocí mis gritos, mis renuncias y mis miedos
en
los rasgos negros y pesados de tus personajes.
Mi pasión
colombiana
Asustada
por las balas,
por
tanta mezcla de rojos.
Me reconocí
en el latido de un corazón afligidopor
el movimiento
de
una bandera tricolor cargada por esqueletos.
Encontré
algo de mi soledad en tu soledad
y en
esa manera inocente de combatirla
con
colores y formas
dibujando
una pista de aterrizaje para los sueños.
Desde
entonces
Ando desprevenida
No espero
nada
Para
que todo pase.
Fátima
Valiente
Fátima
Fátima
de estrellas y de duelos
Mientras
tú crecías danzándole a Alá
Yo
trataba de ordenar una serie de milagros
y
costumbres
y oraciones
Y
estigmas
Material
del Jesús en el que me correspondía
creer
sin
embargo eso no fue impedimento
para
descubrir
y
descubrirnos
en
otros dioses
peregrinar otras creencias.
Una corriente de fantasía
inevitablemente
unió un día nuestros vuelos
De tu
rostro sólo recuerdo tus ojos
Quienes
me revelaron los misterios de tu pueblo
El
deseo de las mujeres de tu casa
Por
atravesar muros y escalar montañas.
Tuve
miedo de visitar esos patios de los que me hablaste
Pues mi
infancia no tuvo budud que controlará mis juegos
Ni Amed que custodiara mis puertas
Envidie
las historias de una tía
Dueña
de
palabras mágicas
Las
visitas escasas al cine
La
fuerza de una madre que se resistía a convertirse en estatua
Esas
ventanas prodigiosas que se abrían
Cada
vez que te reunías con los tuyos
a escuchar las mil y una noches.
A mi
me tocó ser lector y publico a la vez
Dibujar
sobre la imaginación para la imaginación
Preguntar
y esperar respuestas
Fátima
de alas
Fátima
de lunas
Aferradas
a nuestros sueños
Seguimos
viajando
Desde
puntos lejanos
construyendo
una cometa con nuestros recuerdos
Para
colgarnos de su cola
Y huir de los muros que a veces se levantan
En
nuestro pensamiento.
Fátima
de luchas
Algunas
veces me cansó
Quiero
detenerme
¿Te
pasa lo mismo verdad?
Algunas
veces no queremos amar
Sino
que nos amen
No
queremos volar
Sino quedarnos tendidos en un prado fresco
Respirando
lento
Esperando
que la noche
Tienda
sus sorpesas sobre nuestro lecho.
Edith:
Para
algunos,
quizás
tan sólo fuiste la huella de una huérfana borracha
pidiendo
cunchos de atención en las calles de París.
Desequilibrio
confundiéndose en el humo de cafetines baratos.
Una
silueta lánguida
que
parecía romperse con cada portazo de la vida.
Alma
en pena sacudida por el llanto de la muerte de un hijo
y la despedida
de un amor tras otro.
Nido
de tristezas desasiéndose bajo la lluvia
Para algunos,
quizás
FUISTE,
pero
para otros: ERES.
Eres
esa voz que engendra la belleza genuina de la nostalgia.
La
fuerza de un corazón de mujer
que encontró en el canto la resurrección.
Un
día eterno de juerga
que
halló descanso en los aplausos del Olympia.
Esa amiga excesiva que deseamos cargar en el
hombro
Ese
nombre que nos recuerda
que
no hay mejor tumba
que la
que nos encuentra despiertos y ocupados
persiguiendo
el arte que elegimos
y que
un bello epitafio tallado en una lapida
visitada
por turistas
no
significada nada
si
nuestra obra nunca alcanzó a decir nada
si
nuestra vida no alcanzó a abrazar nada.
Diana Carolina Daza Astudillo.
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